lunes, 21 de marzo de 2016

Día Mundial de la Poesía.

El 18 de Marzo se celebra el día internacional de la poesía, sin embargo, dedico el blog que publico a la prosa, género en el que me desenvuelvo con más soltura.

Eran las cuatro de la tarde de a aquella tarde cálida de primavera, había transcurrido una jornada aburrida llena de frases sin sentidos e historias asesinadas por aquel escritor atormentado por el amor, uno no tiene que escribir para complacer a nadie más que a uno mismo, se dijo. Estando sentado sobre su fino escritorio de madera, marcadas sus iniciales A.R.C.D en la esquina superior derecha, se decidió a dejar una prosa para la posteridad, rápidamente, tomó una hoja de papel número 20 y la introdujo en su vieja máquina de escribir Olivetti. Era una máquina color azul celeste que había sido testigo fiel de muchas historias que nunca llegaron a publicarse, historias que solo para el escritor y su mente han existido sobre la faz de la Tierra y que por caprichos del mismo no salen a la luz.

Sin pensarlo, encendió un cigarrillo y letra sobre letra, sobre la hoja cayeron las palabras que le servían para describir a aquella mujer de cabello rojizo, y conducta atípica, que como todas las mujeres era única en su especie, pero esta tenía algo que la hacía bastante peculiar, se ganaba la vida sobre tablas, era actriz. Quizá era la forma en que cambiaba su carácter, tan camaleónica, o quizá era la finura de sus labios lo que le llamaba la atención, pero nuestro escritor, con su orgullo decaído se había dado cuenta que esta mujer se paseaba por su cabeza más seguido de lo que quisiera...

Ese día comenzó similar a los anteriores, una ducha, un desayuno y al trabajo; pero el artista de pluma y hojas aficionado se dio cuenta que algo faltaba, el ambiente se sentía extraño, la atmósfera no era la misma, faltaba aquella mujer. La biblioteca pulcra se empezaba a llenar de gentes que entraban a buscar un pequeño oasis en la inmensidad de la ciudad, un momento de silencio lector que era mucho más valiosos que unos segundos de televisión, las becarias iniciaban su cotilleo matutino en el que se ponían al día de los chismes del momento. Se decidió a ir a la oficina, rápidamente caminó el pasillo cuyas baldosas de mármol blanco generaban una sensación de lujo que embriagaba, giró la perilla de la puerta y la abrió con cuidado, horrorizado observó el espectáculo dantesco del cual sus ojos eran testigos, bajo la viga de soporte de la modesta oficina colgaba el cuerpo de la mujer desnuda, estaba ahorcada y sobre sus dorso había sido colocado un cartel que decía: "La muerte entra por los ojos"...




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